Bodegas Ausín fue creada en la localidad de Gavilanes (Ávila) en el año 2011, gracias al empeño de su propietario, Juan Antonio Ausín, por hacer realidad la ilusión de desarrollar en el lugar donde pasó su infancia un negocio para contribuir al desarrollo y la preservación de la zona.

Las parcelas de Bodegas Ausín son Majadillas (Navahondilla), El Collado (Villanueva de Ávila), El Regajo (Gavilanes), El Regajal, La Lastra y Los Majales (Gavilanes), Majaqueruela (Mijares) y NavalRey (Cebreros). La bodega se encuentra en Gavilanes, localizándose todas las ubicaciones en la provincia de Ávila.

La Bodega tiene un moderno diseño que cubre todas las necesidades para una elaboración cuidadosa y control manual de los procesos. La maquinaria está fabricada íntegramente en acero inoxidable, salvo las barricas de roble

Los vinos de Bodegas Ausín nacen en las laderas milenarias de la Sierra de Gredos, en suelos graníticos en los que se conservan viñas viejas, casi centenarias, que sobrevivieron a la plaga de la filoxera. Nuestras parcelas se sitúan en los valles del río Alberche y Tiétar, recorriendo la comarca de Cebreros, con un clima mediterráneo continental, con gran diferencia de temperaturas entre el invierno y el verano.

Cebreros es tierra de vinos desde el siglo XIV, hoy con Denominación de Origen Protegida que facilita la recuperación y conservación de viejas cepas de Garnacha y Albillo Real en pequeñas parcelas, terruños cuidados que dan lugar a unos vinos artesanales y de calidad.

Dicen que el vino y el arte maridan bien, de ello da fe la historia desde hace miles de años. Eso eso es lo que creemos en Bodegas Ausín. Aunque parece que la antigua Mesopotamia habría sido el lugar de nacimiento del vino, es en Egipto donde aparecen las primeras representaciones, concretamente en cámaras funerarias en Luxor y Saggarah. En la cultura griega el vino juega un papel fundamental, ya que las vides se creían un regalo del dios Dioniso. Esculturas como “Hermes con el niño Dionisio”, atribuida a Praxíteles, avalan esta íntima relación con el arte, incluyendo el arte del buen vivir y de las celebraciones.

En la Edad Media, sin embargo, se consideraba un don de Dios y entró a formar parte del rito litúrgico de la misa. De hecho, en los monasterios era común el cultivo de cepas y el vino pasa a ser una bebida de consumo habitual por su alto contenido calórico.
La llegada del renacimiento resucita a Baco y Dionisos como grandes protagonistas de la pintura y la escultura europeas. El “Baco Ebrio”, del genio Miguel Ángel, es un magnífico ejemplo. En el arte barroco estas representaciones se multiplican cargadas de movimiento y emoción, como en el caso de “La Bacanal” de Tiziano, “El triunfo de Baco”, de Velázquez o los Bacos de Caravaggio, hasta llegar a Goya en el s. XVIII con sus singulares pinturas de recreo y la icónica “La Vendimia”.

Avanzando a través del impresionismo y el post-impresionismo encontramos joyas como “El almuerzo de los remeros” de Renoir o “El viñedo de Arlés” de Van Gogh. Ya en el s. XX, Munch ejecuta s “Autorretrato con una botella de vino” y Picasso “La bouteille de vin” y, por su puesto, sus famosas señoritas de Aviñón con un racimo de uvas a sus pies.

El arte inspirado en el vino y el vino inspirado en el arte como territorio para crear, pincelada a pincelada, como las uvas bien seleccionadas, obras únicas y mágicas. En Bodegas Ausín unimos vino y arte para transmitir esa pasión por nuestro trabajo, en nuestras parcelas que cada año empiezan de cero como un lienzo en blanco hasta llegar a producir vinos artesanos que atesoran esfuerzo y emoción hasta llegar a la mesa.

Antonio Calleja es el autor de nuestras etiquetas. Nacido en Madrid, es un artista multidisciplinar formado en Arte y Cultura en las Universidades de Salamanca y Alcalá de Henares. Sus obras han recorrido galerías internacionales en Nueva York, Chicago, California, Berlín, París o Salzburgo. En España sus pinturas se han expuesto en ciudades como Madrid, Barcelona y Zaragoza.

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